Aventuras y desventuras de una madre primeriza volúmen VI.

 

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Todo pasa, todo llega. En la crianza se encuentra una etapa con otra, a cuál más compleja, cuando ya dominas algo pues se acaba. Etapa de dientes, etapa de teta, etapa de gatear, de chupar todo, etapa de terrores nocturnos, etapa de pinchos en la cuna, etapa de colecho, etapa de mamitis, etapa de papitis, etapa del no, etapa de deambular, etapa del máximo esfuerzo, etapa de…

Cuando creímos que ya el sueño iría a mejor y que nunca más sabríamos lo que es pasar noches en vela (a no ser que nos animásemos a ampliar familia…), cuando ya dormía en su cunita plácidamente, con sus tres biberones todo hay que decirlo (aún me río cuando el pediatra me dijo que tras el destete ya no se despertaría para hacer tomas de noche, JA!), pero sin más historias, pues van y vuelven los pinchos de la cuna. ¿No los conoces? Te lo conté en su día, puedes volver a leerlo aquí.

Varios días llevamos ya sin descansar como Dios manda, en los que el pequeño guerrero no solo quiere brazos, sino que además no consiente que te sientes….tienes que estar andando por la casa modo zombie (que majo, lo que quiere es que estemos en forma…).

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Posibles causas azotan mi cabeza de psicóloga pensante. Y la que más me desagrada y que es una posibilidad, es la de las regresiones o aparentes retrocesos en la evolución debido a la ansiedad de separación.  Cuando el peque se separa de su madre para ir a la guardería, son muchos los cambios y muchas las estrategias que desarrolla para adaptarse. Una de ellas (que yo tambien la estoy viviendo en mis carnes) es la del “rechazo” a la madre y la obsesión con la figura paterna. No es revancha, es simplemente un proceso de independencia, de desapego. Si quieres ver el vídeo donde te lo cuento pincha aquí.28501896-padre-e-hijo-ilustraci-n-foto-de-archivo

Volviendo a las regresiones tipo buscar pecho cuando ya lo han dejado, gatear cuando ya dominan la verticalidad, buscar brazos continuamente cuando ya solo querían suelo, y los temidos pinchos de la cuna, que no son más que búsqueda de contacto por miedo a la separación, están todos relacionados con búsqueda de atención, de contacto e inseguridad. Se suelen dar en períodos de cambios o en los que hayan sufrido estrés. 

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Algunos síntomas de la ansiedad de separación son:

  • Pesadillas.
  • Comportamientos de etapas anteriores.
  • Quejas sobre dolencias físicas.
  • Llantos fingidos.
  • Renuncia a ir a la escuela o a otros sitios que implique separarse de sus padres.
  • Dificultades para dormir sin el contacto físico de mamá o papá.

Para superar esta ansiedad por separación que se puede dar trás la previa adaptación, el niño tendrá que aprender a desarrollar lo que los psicólogos llamamos expectativa de autoeficacia, o lo que es lo mismo para que nos entendamos, aprender a creer en si mismo y a confiar en que es capaz.

Mi hijo se adaptó muy bien a la guardería e incluso aplaude cuando va por la mañana y parece que lo pasa muy bien, pero ¿si pudiese elegir no elegiría estar con sus padres? Sin duda. ¿Cómo estará viviendo realmente esa separación? No deja de ser un ambiente externo, donde no termina de sentirse seguro y tal vez solo… Me consuelo pensando que tiene un apego seguro, pero no dejo de cuestionarme todo, de costarme separarme de él cada día, de sentirme culpable por llevarlo a la guardería. La bendita culpa materna, acompañante de por vida. Mi parte profesional me dice que forma parte de la evolución normal, la madre que llevo dentro sufre.

Pero en el crecimiento de un niño, todo son etapas y más etapas, no todas fáciles para todos. La idea es vivirlo como algo temporal, para poder sobrellevarlo. Con cariño extra intentar comprender el montón de cambios a los que el pequeño tiene que enfrentarse, recordando que nuestra inquietud y preocupación se contagia y es contraproducente. Respira hondo y pa´lante.

Ainss…Y vosotros, ¿en que etapa estáis? ¿Vuestro pequeño/a ha sufrido ansiedad por separación? Comentarios y opiniones son siempre bienvenidos.

Besos.

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Sara


Sara

Enamorada de la vida y de las pequeñas cosas.

1 comentario

S_Jones · 2 marzo, 2020 a las 5:53

Uffff…gracias por escribir lo que una mamá siente cuando su bebe crece y no sabe lo que le pasa. Ahora con mi segundo bebe (y con 10 años de diferencia!) Estoy viviendo cosas que con mi primer bebe no sufri. Porque es asi como lo siento? A veces me pregunto si no estare haciendo todo mal. Despues paro un poco y me doy cuenta de que mi bebe crece, q los 18 meses llegan con todo, que volvi al ruedo y pasamos de estar juntos tanto tiempo a separarnos por unas horas y ufff tenemos que ser fuertes!
Muy fuertes!

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