¿Se puede ser adict@ a las emociones?
Una vez, escuché en un documental, que todo en nosotros es regido por las emociones. Si tuviésemos que definir grosso modo y de manera coloquial lo que es una adicción, seria “algo que NO puedes controlar”, por lo tanto, si unimos ambas afirmaciones, obtendríamos un :“Si no puedes controlar tu estado emocional, es que eres adicto a él…”
No obstante, yo voy a modificar esta frase, por una que me parece mas realista y acertada; (ya que las emociones no se pueden, ni se DEBEN controlar) , a lo que voy, la frase sería: “Si no gestionas tu estado emocional de manera adaptativa y funcional, es que eres adict@ a él”. (Próximo post: Dependencia Emocional II)
Y así, es de manera muy frecuente, desgraciadamente. En mi práctica profesional, me lo encuentro muy a menudo.
Dependencia afectiva de alguien, (generalmente la pareja) y esas frases tan apoteósicas como; “Me muero si me deja”, “Mi vida ya no tiene sentido”,”Vivo por y para…” y un largo etcétera, que seguro que os resultan conocidas…
Lo verdaderamente duro de todo esto, no es decirlo en un momento de bajón hormonal o post ruptura, lo duro y problemático, es pensarlo realmente, repetir este patrón siempre y en todas las relaciones de pareja y no sentirnos completos si no estamos “in love”.
Dependencia afectiva, no solo es que mi universo gire en torno a esa pareja, o en torno a esa amiga o mi madre o a mi hermano o….cualquier figura, sin la cual perdemos el norte y la seguridad.
Es algo más. Esas personas, que necesitan constantemente que les regalen el oído, que las adulen y ser ELLAS el centro de alguien. Esto también es dependencia emocional. Seguro que conoces a alguien que jamás en su vida ha estado mas de dos semanas sol@. Ea. Pues eso. No es que cupido sea su primo hermano. No. Es que “no saben/no pueden” , vivir sin pareja. Y esto, es un problema serio de autoestima y de seguridad en uno mismo. Implica una carencia afectiva y una necesidad continua de protección que no es sana. Generalmente, estas personas acaban “asfixiando” al otro, con su necesidad continua de mimos, confirmación de su ego, y crisis emocionales varias. O eso, o conviven con el conformista que todo lo aguanta por tal de no estar solo, y ya juntamos el hambre con las ganas de comer. Y esta tipología, también es dependencia afectiva. Otra variante, otra cara de la moneda. La típica frase “prefiero malo conocido, que bueno por conocer”. Falta de dignidad y de amor propio, elevado a infinito. Como una adicción en toda regla, sigo inmerso en esa relación, a pesar de las consecuencias negativas.
Pero todo se puede identificar y todo se puede modificar. Si crees que estas o has estado inmerso, en una relación de dependencia emocional con alguien, te será útil, una clave: La diferencia estriba en el “quiero una pareja o quiero a mi pareja vs NECESITO una pareja o NECESITO a mi pareja”. Ni es lo mismo, ni es igual.
Quizás seas tú el dependiente, quizás sea la otra parte, quizás seáis ambos…En cualquier caso, para que esa relación sea saludable, plena y duradera, es importante, que aprendáis a gestionar esa “adicción” al otro.
He sintetizado estas conductas, o rasgos comunes en las personas que son dependientes emocionales, y cuanto más se llevan a cabo o se emiten, más se acerca la persona a la dependencia:
- Expectativas irrealistas (“castillos en el aire”). Me monto mi película…
- Negación de mi realidad. No aceptar lo que no me gusta. Tener una venda en los ojos.
- Vivir a caballo entre el pasado y el futuro.
- No quererme a mí mism@. No valorarme. Faltarme el respeto. Dejar que me manipulen y me manejen.
- Desorganización: Alteración de horarios, desorden en mi habitación, desorden en mi armario…
- Irresponsabilidad: No cumplimiento del horario, no atención/implicación en trabajo, no despertarme a mi hora, no querer progresar ni tener mayores aspiraciones…
- Inmadurez: Vivir anclad@ en los cuentos de hadas. Refugiarme en el infantilismo.
- Impulsividad. Pienso-Ejecuto. Hago y digo lo primero que se me pasa por la cabeza.
- Búsqueda de relaciones de pareja a toda costa. No disfrutar de mi soledad. No saber estar sol@.
- Culpar a otros de mis decisiones o mis problemas.
- Patata caliente: Dejarme llevar por la escalada de la ira.
- Lo que quiero lo quiero ya. No demora en gratificaciones.
- No tomar decisiones por mí mism@.
- Buscar la aprobación constante de los demás.
¡Ojo!, no tienen que cumplirse todas, ni son criterios fijos, son simplemente rasgos, que he observado que se repiten.
En esta temática os recomiendo los libros: “Los limites del Amor” y “Amar o depender” de Walter Riso.
Espero haberte esclarecido, en cuanto a tu manera de “amar” al otro. Y recuerda, “me quiero, para poder quererte”, pero sin pasarse y bien entendido…. 😉
Terminaré con una frase anti-dependencia emocional: “No te necesito, no eres imprescindible para mi vida, simplemente te amo”.
Hasta el próximo post. Recuerda que son bienvenidas tu reflexiones, comentarios al respecto. ¡Un abrazo!
2 comentarios
Carmen · 6 mayo, 2015 a las 13:04
Ante todo hay que respirar bien hondo, saber que esa persona con la que hicimos tantos proyectos se ha ido y que nosotros somos los únicos que formamos parte de nuestro futuro, no hay que tender a hacer planes, ya que estos llegan solos con tiempo
Katana Sword For Sale · 9 abril, 2016 a las 3:33
Thank You!