rabieta

La cuenta atrás para la separación de muchas madres por primera vez de sus pequeños, ha comenzado.

Las dudas acerca de cómo se adaptará el pequeño/a, de cómo reaccionará sin mamá, de si llorará mucho, poco…aparecen y preocupan en mayor o menor medida.

Lo que hay que tener en cuenta es que vuestro hijo va a quedarse con personas que NO CONOCE, es decir, que por norma general, no va a ser plato de buen gusto.

En casa y desde vuestra actuación previa y posterior, se puede favorecer o por el contrario agravar la entrada a la guarderia.

1.Si es posible, visita con el pequeño las instalaciones de su escuela infantil y cuéntale que es su nuevo cole, que hará muchos amiguitos y que se lo pasará muy bien. Da igual la edad del niño, cuanto mayor sea más consciente será, sin embargo aunque pensamos que los bebés más pequeños no se enteran de nada, el ir favorece la familiaridad posterior del entorno para ellos.

2.Existe el mito que dice, que de cara a ayudarles a enfrentarse a menos atención y afecto (en las guarderias no es posible por el ratio de niños), lo apropiado es ir reduciendo en casa el que les ofrecemos. ERROR. Este es uno de los muchos mitos en la crianza, que en la práctica, no solo no ayuda, sino que no es beneficioso en absoluto, ya que el niño NO ENTIENDE, porque ya no se le dan muestras de cariño o atención como antes. Es mucho más probable que lo viva con una profunda tristeza e inseguridad, y que la llegada a la guardería sea como un abandono que confirme las sospechas de que sus papás ya no lo quieren. Esos mitos crueles y sin base conductual alguna, deben ir erradicándose de las nuevas generaciones de padres y madres, ya que no son compatibles con una crianza respetuosa, cuya premisa es RESPETO Y DIGNIDAD para los pequeños. Si al llegar de la guardería está más dependiente y necesita más afecto y mimos, DÁSELOS. Esto le dará fuerzas y confianza para su primer gran reto social.

3. Si es posible, lo más recomendable es iniciar la escuela infantil con unos días de adaptación. En estos días, los pequeños irán menos horas (un par) y entrarán más tarde, para ir progresivamente adaptándose a los horarios del centro. No van a perder horas lectivas ni estamos en la universidad, así que de cara a que el pequeño vaya integrando el nuevo entorno y conociendo las caras que le rodean, cuanto más progresivamente mejor.

4. Déjalo y recógelo con una sonrisa. Independientemente de cómo esté de embarracado e independientemente de las ganas de llorar que tú tengas. Si lloras delante de él/ella, no ayudarás a crear confianza…

5. No aproveches a que esté despistado para irte a la fuga. Eso aumentará su frustración cuando descubra que no estás y que ni siquiera te has despedido. ¿Te gustaría que a tí te lo hiciesen así? Pues eso. No hay que hacer despedidas duras e interminables. Afecto, sonrisa y palabras de tranquilidad que transmitan que vas a volver a tal hora. Eso cada día.

6. Otro mito falso, es el que dice que los niños que reciben mucho afecto en casa, son los que peor se adaptan a la guardería. Puede que al principio, lloren más que aquellos niños que ya están acostumbrados a que nadie les haga demasiado caso (obvio, se han rendido), pero en unos días integran y se adaptan mejor a este y a cualquier cambio, ya que el conocido como APEGO SEGURO, se basa en la confianza y la seguridad, de que su figura principal de apego (la madre generalmente), volverá SIEMPRE y estará disponible y lo querrá SIEMPRE.

7. Actúa siempre desde la EMPATÍA. Intenta ponerte en su lugar,llévatelo a tu mundo de adulto. ¿Qué emociones surgen en ti en un primer día de algo? De trabajo por ejemplo. Nuevos compañeros, nuevas rutinas, nuevas responsabilidades. Seguramente, aparezcan miedos, ansiedad, inseguridad… Imagínate un niño de un año. Sus llantos y su rechazo si lo hay, SON CONDUCTAS NORMALES A UNA SITUACION PARA ELLOS ANORMAL Y EXTRAÑA. Aunque cueste, entiendelo, pero no te compadezcas, no pienses “pobrecillo”. Es un ser emocionalmente en construcción, pero es astuto y fuerte y eso es lo que tienes que transmitirle.

8. Ante todo y sobre todo, CONFÍA EN TU HIJO/A y en su capacidad para lograr adaptarse al nuevo mundo. Los niños pequeños, son los reyes de la adaptación. Ya quisieramos los adultos asimilar tan rápido tal cantidad de cambios que acontece en sus primeros años de vida.

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El debate guardería si o guardería no, estará siempre abierto, no obstante si es la opción que has elegido, sin duda es la más acertada. La escuela infantil NO ES NECESARIA, pero si es beneficiosa en los casos en los que la familia no puede ocuparse del pequeño todo lo que él necesita o por motivos laborales, esa es la única opción. Los padres son la mejor opción, disfrutarlo cada segundo es la mejor manera de educarlos, pero entonces, ¿no hay nada bueno en las escuelas infantiles? SÍ. Conocer mundo, otras personas, a sus iguales, ayudarle a forjar su personalidad y su individualidad, a ser solidario, a comprender las emociones propias y ajenas, a integrar nuevos estímulos, y así un largo etcétera.

Lo que está claro, es que todo cambio en la corta vida de los niños, destete, sueño, pañal, guardería… debe hacerse de la manera más flexible y gradual posible, siguiendo y respetando su proceso de adaptación que es diferente para cada pequeño. Eso es la crianza basada en el respeto, la cuál NO ES UNA MODA HIPPIE, es la manera de educar que los profesionales y los avances han puesto de manifiesto como más saludable para los adultos que serán en el futuro, porque … ¿Sábes que no será niño siempre, no? 😉

La guardería es un cambio para todos. Para ti cómo madre/padre que estás leyendo esto, también será muy duro. Más de lo que quieres admitir. Fuera culpas. Vuestro/a hijo/a os necesita DESCANSADOS, SERENOS Y TRANQUILOS, y si para eso hay que ir a la guardería, BIENVENIDA SEA.

 

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Sara

Enamorada de la vida y de las pequeñas cosas.

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