HOMBRE_NIEVES

A la mitad de los que estéis leyendo esto no os gustará en absoluto el invierno, y a la otra mitad puede que os encante. No pasa nada, no dejéis de leer, este es vuestro espacio, para comentar o añadir más cosas estupendas sobre el invierno.
Como ya os comenté, personalmente soy más de clima cálido, y de veranito. Desde pequeñita. El frio y la falta de horas de luz me afectan (o afectaban mejor dicho) bastante al humor y me volvían apática. Y en esto tiene mucho que ver nuestro organismo; no solo es una cuestión psicológica, sino que es física. La conocida depresión invernal (o depresiones estacionales) son afectaciones al estado de ánimo debidas al cambio de estación, en la que el origen es la falta de luz solar.
La cantidad de melatonina que nuestra glándula pineal segrega, es excesiva cuando los días son más cortos y más oscuros y este brusco cambio hormonal, nos afecta al humor.
Los síntomas suelen ser apatía, irritabilidad, tristeza, pesimismo, disminución de energía, cambios de peso, insomnio o somnolencia (generalmente en invierno nos convertimos en koalas apáticos, a lo que se suma, tener que salir de la cama temprano con ese cambio de temperatura fuera de nuestro edredón de plumas…).
El caso es que si cuando los días se acortan y el frio te corta la nariz, te sientes como un trapo….no desesperes. No eres el único.
Yo pongo en práctica algunos trucos desde algunos años, y la verdad es que funcionan. Eso no quita, que espere el periodo estival como agua de mayo, pero al menos el duro y largo invierno, se ve con otro prisma.

Bueno, pues ahí van esos truquitos anti mal rollo invernal:

– Haz limpieza de los armarios. Cuando “mudes” las cositas coloridas, cortitas y demás exquisiteces veraniegas y traslades los jerséis, rebecones, etc.…céntrate en esos de cuello alto color caquilla y con pelotillas. TIRALOS. “Es que son calenttiiitos y muy cómodos…””es que…” TÍRALOS. De verdad. Sin más dilación. Ya cumplieron su vida de jersey deprimente pero calentito. Renueva tu vestuario e incluye cosas coloridas y modernas. Que sea invierno no significa que el mundo tenga que volverse opaco. ¡Venga, colorcito para el armario! También puedes usar complementos divertidos, botas de agua coloridas, botas de pelillo calentitas y muy fashion, paraguas con mensaje…

– Practica deporte. Si soy muy pesada y siempre digo lo mismo, pero la verdad es que una rutina de ejercicio semanal, te cambia la vida. Yo comencé hace 3 años a hacer deporte todas las semanas (algunas más y otras menos, no lo niego), pero cuando no lo haces, el cuerpo te lo pide. Al hacer ejercicio físico, además de vernos mejor (en invierno se retienen mas líquidos y por norma general se suele engordar, al menos yo), liberamos endorfinas, que nos suben el estado de ánimo.

– Disfruta de las cosas buenas del invierno. Las personas que adoran el invierno te darían una lista de cosas estupendas para tu disfrute a pesar del frio. El frio mismo, sin duda puede ser algo positivo. Nos permite ver nevar, ir a la sierra a esquiar (para quien sepa), tirarse bolas de nieve, hacer fotografías fascinantes, deleitarse con el sonido de la lluvia o de la nieve (¿te has parado a escucharlas alguna vez?), disfrutar de una estupenda chimenea …Para aquellos que tenéis la clásica mesa de camilla, no hay nada como llegar a casa tras un duro día de frio o lluvia y ponerte el pijama gordito, las zapatillas bien calentitas y arroparte en la mesa de camilla. Una delicia.

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– Cada estación tiene su música. Yo lo veo así. Pocas veces oigo bachata o coplillas veraniegas mientras cae una manta de agua fuera. Puede ser útil en el coche para subirte el ánimo un día un poco gris, pero demasiada música de corte playero, puede hacerte caer en la melancolía y la impaciencia. Si no es así, ¡perfecto! Póntela a diario. A mí me gusta disfrutar de un buen jazz o grandes éxitos del gran Frank Sinatra, con un café humeante, una manta y un buen libro.

– Madrugar puede que no guste nunca, pero en invierno es especialmente duro. Debido a la diferencia térmica entre mi microclima bajo el nórdico y el frio de la habitación, madrugar (de noche) y salir de tu refugio, es bastante duro. Cómprate una bata gordita y suave. Parece una tontería, pero no lo es. A mí, me regalaron a falta de una dos, estas navidades, y lo primero que hago al asomar la nariz por el edredón es mudarme rápidamente a la bata. Si es divertida y suave, mejor.

– Recuerda hacer un desayuno energético cada mañana. Si eres de los que dicen no poder ingerir nada por la mañana temprano, tomate un lácteo y algo de fruta, y a lo largo de la mañana, toma tostada, sándwich o avena. La avena es un carbohidrato de liberación lenta. Muy útil para los días de gran desgaste energético o deporte.

– Para prevenir resfriados, gripes y problemas de garganta no olvides tomar todos los días un zumo de naranja natural (hazlo tu mism@), prueba a mezclarlo con el de limón. Chute de vitamina C.

– Aprovecha los días de sol que puedas. Sin piedad, no los desperdicies. Si en tu ciudad no hay ni uno, intenta hacer una escapada, aunque sea a comer, a una zona costera. A respirar el aire del mar en pleno invierno. A mí me carga las pilas, y lo necesito para superar el frio invierno. En cuanto hace un buen día, como lagartos todos al sol. Aunque cuidado, nuestra piel no esta tan acostumbrada y fuerte como en verano así que usa protección y no abuses de sol en la cabeza…

– La cocina y la repostería de invierno. Hay quien dice que los platos de cuchara son para todo el año. Cierto. Pero también es cierto que es bastante durillo un cocido ardiendo un día de verano con 40 grados a la sombra. Las cosas como son. Los exquisitos y reconfortantes guisos de cuchara humeantes, tiran más en invierno. No solo apetecen más, sino que vaya como sientan….Si no eres de cuchara, también tienes la opción de hacer bizcochos caseros, magdalenas y toda clase de cositas dulces, que pegan en invierno con un buen café y que te subirán el ánimo. ¿Qué te tomas uno de más? No pasa nada, para eso está el deporte…

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– Sal de casa. Es sencillo. “Salgo cada día, a trabajar”. No es lo mismo. Sé que el invierno te da una pereza de muy señor mío. Sobre todo si llueve a cántaros o hace un frio polar. Que lo que más nos gusta es sofá-manta-peli/libro. Vale. Pero no abuses. Porque tienes que relacionarte. Haz cenas en casa para los amigos, planead cenas temáticas por ejemplo, donde cada semana se encarga uno. Es muy divertido.

– ¿Eres un@ manitas? Si se te dan bien las manualidades, seguramente las practiques todo el año, pero es cierto que en invierno al estar más en casa tienes más tiempo para dedicarle. Ganchillo, pintura, punto de cruz, bisutería….si te gustaría pero no sabes… ¿Por qué no te apuntas a un taller? También puedes ir a talleres de cocina, y así deslumbraras a tus amigos en las cenas temáticas… A mí me encanta cocinar cosas al horno. Da pereza en verano, por el infierno de calor que emana de él, pero en invierno se agradece.

– Haz actividades fuera pero en el interior, como ir al teatro, a espectáculos de danza…

– Para las mujeres, el tiempo que se invierte para arreglarse (en general) suele ser mayor en invierno, ya que las ojeras-rostro pálido, no favorecen demasiado, así que hay que recurrir a todo tipo de potingues y maquillajes varios. Vale, no estaremos tan naturales, bronceadas y estupendas como en veranito, pero podemos sacarnos partido y vernos muy bien. No salgas de casa con el careto enfermizo. Hazte ese favor, aunque el resfriado haga que te lagrimeen los ojos y tu nariz sea un pimiento…Échate un poquito de rímel y un poquito de color a los labios.

– Cámbiate el look. Ve a la pelu y córtate o hazte algo distinto. Te subirá el ánimo.

– Alégrate la mesa de trabajo. Pon una frase divertida/motivadora y una macetilla cuqui. Personaliza tu sitio de trabajo, de manera que si fuera hace frio o llueve, tú estés en tu refugio.imagesCAB1B16S

Sonríe. Cada día. Sin motivo aparente. ¿Sabías que, si fuerzas la sonrisa, al imitarla, los músculos faciales envían un mensaje al cerebro de que estas sonriendo y te sentirás como si lo hicieses de verdad? Es curioso. Pero es cierto. Pruébalo. Regálatelo y regálaselo a los demás. Incluso a los que te caen mal. A esos vecinos, compañeros o desconocidos que no te la devuelven. Regálasela tú. Recuerda que hay que dar para recibir.

– Recuerda que somos lo que pensamos. No lo olvides. El frio puede que haga que te salgan sabañones, que cojas un resfriado de aúpa y que tengas una gran congestión nasal. Pero si tus pensamientos se focalizan en lo positivo tu cuerpo y tu mente te lo agradecerán.

Categorías: Blog

Sara

Enamorada de la vida y de las pequeñas cosas.

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