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La memoria emocional, funciona estrechamente con los demás sistemas de memoria que tenemos, concretamente con el que se llama declarativo, que entre otras cosas es el encargado de almacenar nuestras experiencias a lo largo de la vida.

Siempre se ha dicho, que recordamos mejor aquellas situaciones o experiencias en la vida, que tuvieron una gran carga emocional para nosotros. Quedan grabadas, en este almacén emocional. Las experiencias similares, pueden hacer que este sistema se active, provocándonos la emoción que esta situación similar (o igual) nos produjo en el pasado. Los olores, los sabores, las canciones…todos estos estímulos sensoriales, también pueden grabarse en esta memoria.  ¿No habéis olido alguna vez una colonia y os ha transportado, a alguna época de vuestra vida o quizás os ha recordado, de manera automática a alguien? Dependiendo de las vivencias o el estado emocional predominante en esa época, o de las emociones que esa persona despierte en nosotr@s , así será la emoción, que el olor nos provocara de manera instantánea.

El psicólogo suizo, Édouard Claparède, describe un caso, que ayuda a comprender el significado de la memoria emocional .Claparède, trató a una mujer, que había perdido la capacidad de formar nuevas memorias personales.

Una lesión cerebral, le impedía recordar cualquier evento ocurrido después de la lesión. Todas las personas que la mujer había conocido, hc_aromasprincipal_jpg_thumbnail0eran olvidadas a las pocas horas  y cada día, Claparède debía presentarse a su paciente, sin que ésta tuviese ningún registro, de haberlo visto con anterioridad.

Su memoria episódica, la relacionada con los conocimientos de hechos vividos, estaba destrozada. Un día, Claparède pensó en implementar una nueva estrategia. Escondió un alfiler en su mano derecha y cuando saludó a su paciente, ésta recibió un pinchazo.

En la siguiente sesión, la paciente, seguía sin recordar quién era Claparède pero había un notable cambio: la paciente se negaba a estrechar la mano del psicólogoSi bien ella no recordaba el evento sucedido, otro tipo de memoria estaba actuando : una memoria que le permitía asociar esa persona, no con un evento, sino con una situación emocional. (Si queréis ver una película muy divertida, a la par que bonita, cuya protagonista tiene un problema de este tipo, en plan extremo, os recomiendo esta)

De una manera, que aún es parcialmente desconocida, el cerebro tiene la capacidad de almacenar no sólo los recuerdos, sino también las emociones , tal como ocurrieron, en el momento en que se construyeron esos recuerdos. La memoria emocional o “inconsciente” como se llama popularmente,  estaría relacionada con el área del cerebro denominada AMÍGDALA.

 

Lo que nos estudiamos en el colegio, los números de teléfono o las direcciones,  por ejemplo, estarían en otro baúl de recuerdos, en el HIPOCAMPO.

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La memoria emocional, nos permite, guardar como tesoros, con gran carga de detalles, esos momentos que vivimos en nuestra vida, que nos supusieron emociones intensas, o bien, personas con las que nos cruzamos, en etapas de gran carga emocional.

La memoria explícita (o declarativa, como dije al inicio),tendría también un apartado,  llamado “Memoria Emocional”, porque contiene los recuerdos de las respuestas psicológicas en el momento de la experiencia. Esta respuestas psicológicas, pueden incluir un incremento de la presión arterial, un aumento de la respiración, tensión muscular, ansiedad, temor y otras reacciones asociadas con el miedo, el terror, el pánico, o incluso, la alegría.

Conforme vivimos, el cerebro también puede sufrir una experiencia, que recupere los recuerdos de la Memoria Emocional, pero que no recupere los detalles de la experiencia. Los mecanismos de defensa, de este complejo “órgano” nuestro (y lo pongo entre comillas, porque me da hasta apuro llamarlo así), son insospechados. De ahí, surgen los trastornos disociativos (para aquellos interesados en esta temática, os recomiendo la novela de La psiquiatra, apasionante) o los TEPT (trastornos de estrés postraumático). La mente, puede borrarnos detalles de nuestra infancia o de cualquier etapa de nuestra vida, que son especialmente dolorosos para nosotros, pero que un día, con cualquier estímulo, similar al de nuestra vivencia, se despierte una emoción que no entendemos porque surge. O en el caso de los TEPT, esta situación es repetida en forma de Flashback en sueños, o ante acontecimientos relacionados, o personas, etc.

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Pero esto da para escribir otro post. Si os interesa, hacédmelo saber, y lo vemos en breve.

¿Apasionante verdad…?


Sara

Enamorada de la vida y de las pequeñas cosas.

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