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Las adicciones han existido a lo largo de la historia, no es algo nuevo. Aunque lo que si ha cambiado es la manera de enfocar el problema y sobre todo de “tratar” a los adictos por parte de la sociedad.

Si bien, seguirán existiendo personas, que al hablarle de adictos, piensen en el perfil del heroinómano que aparca coches, con un deterioro importante a todos los niveles, la realidad actualmente, no es esa.

La palabra adicción es ahora mas amplia y engloba no solo  dependencia de sustancias, sino también, la ejecución compulsiva de actividades. Las llamadas adicciones conductuales o adicciones sin sustancia.

Existen diferentes enfoques de las adicciones, las principales:

El enfoque de enfermedad, que se basa en que el adicto es un enfermo, con diferencias cerebrales existentes antes ya del consumo. La vulnerabilidad genética es aquí el factor que define si desarrollarás una adicción o no. Aborda la adicción como una enfermedad crónica.

El enfoque cognitivo-conductual por el contrario, defiende la adicción como la creación de un hábito, a través del refuerzo que se obtiene del consumo de la sustancia o de la realización de la conducta en el caso de las adicciones sin sustancia. La retirada o disminución de la droga, provocaría el efecto aversivo, denominado “Síndrome de abstinencia”, lo que reforzaría y mantendría la adicción en si misma.

Destaco también, la teoría de la automedicación, según la cual, las personas con una patología previa, (esquizofrenia, depresión, ansiedad…) consumirían sustancias, para mitigar los síntomas de su trastorno e incluso el del tratamiento farmacológico asociado. Se hablaría aquí de “Patología o Diagnostico Dual”.

Yo prefiero darle un enfoque multicomponente, desde mi prisma de trabajo. Me parece, que considerar solo una etiología de manera inamovible, es una postura reduccionista y limitante, con carencias, de cara al abordaje terapéutico de las mismas. Considero, que una adicción es el resultado de una vulnerabilidad genética de base y de una serie de factores de riesgo, a nivel social, familiar, cultural y de personalidad. Por eso, no todos los que prueban las drogas, acaban siendo dependientes de ellas, ya que intervienen multitud de factores. Una persona puede nacer con una vulnerabilidad genética al consumo de sustancias, pero pueden existir una serie de factores protectores en su educación, su familia, su grupo de iguales y por supuesto, en sus características de personalidad, que hacen que no se desarrolle una adicción, a pesar de esa vulnerabilidad existente.

Algunos mitos sobre las adicciones:

La adicción es un problema de voluntad. Es cierto que el autocontrol, es uno de los aspectos a trabajar en las terapias con adictos, pero no todo es voluntad. El cerebro adicto es diferente antes y después del consumo de sustancias. Existe una vulnerabilidad genética, es cierto, pero al consumir drogas, el sistema de recompensa cerebral se atrofia, y solo se obtiene refuerzo al llevar a cabo la conducta de consumo. La pescadilla que se muerde la cola.

Los adictos solo proceden de niveles socioeconómicos bajos. No es cierto. Es verdad, que si una persona crece en un contexto, donde existe la venta y el consumo de drogas, incluso en el propio núcleo familiar, tendrá más “papeletas” para ser adicto. Sin embargo, el nivel cultural o económico no son determinantes. Cualquier persona puede desarrollar una adicción.

Si consumo solo los fines de semana, no hay problema de adicción. El típico, “yo controlo”. Si durante la semana, no consumes ninguna sustancia y el fin de semana te pones “hasta arriba” o te bebes hasta el agua de los floreros, como norma, estas empezando a desarrollar la fase social de la adicción. No se conciben las relaciones sociales o el ocio/disfrute, sin el consumo de sustancias.

Os dejo a continuación un interesante video, del programa redes de Punset, donde se trata las adicciones a las drogas y al alcohol.

Categorías: Adicciones

Sara

Enamorada de la vida y de las pequeñas cosas.

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