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Llega un día, no sabemos cuál con exactitud, en el que traicionamos a nuestro niño interior, lo abandonamos sin piedad por ser aceptados en un mundo de adultos, perdiendo sin darnos cuenta, la capacidad de conectar con las cosas más sencillas y valiosas de la vida, de mirar con los ojos de la fascinación y la inocencia, de relacionarnos sin prejuicios, de admirar la magia de lo inesperado…

Ese día, renunciamos a toda nuestra esencia, a nuestro lado más sensible y creativo, a nuestro verdadero yo, para ser “mayores”, para hacer todo aquello que hacen lo mayores y que es tan fenomenal…Perdemos el interés por las pequeñas cosas, por las cosas sencillas, por la belleza de las flores, el susurro del viento o la melodía de los pajarillos cada mañana.

Sustituimos nuestra mayor preocupación diaria, de concentrarnos en el aroma de nuestro colacao mañanero y las risas en el recreo, por cuestiones “más importantes y mundanas”.

Desechamos la CALIDAD, por la cantidad y la AUTENTICIDAD, por la moda. Nos olvidamos de reír a carcajadas, de abrazar a quién queremos, de embelesarnos con cada cosa maravillosa y nueva que contemplamos.

Ahora, leer y soñar despiertos es una pérdida de tiempo, bailar imaginándonos grandes estrellas en el escenario, es de ingenuos y ver dibujos animados o funciones de guiñol, es de niños pequeños…

La inquietud por aprender, es un absurdo, porque “ya lo sabemos todo”, y el colorear un dibujo es de estúpidos. Escribir cartas está desfasado, creer en la magia es de inocentes y mandar la carta a Papa Noel y a los Reyes Magos es del siglo pasado.

Ahora, no tener miedo es de irresponsables, pisar charcos es de kamikazes y mirar las estrellas de raros…Dia del Niño 3

Preferir el color a lo blanco y negro, es de excéntricos, flipar en una juguetería, de traumatizados, observar a los animales con admiración, es solo cosa de biólogos.

Hablar sol@ es de locos, pegar la nariz en el cristal y hacer vaho dibujando un corazón, es de inmaduros, y derrapar con la bici ya es arriesgado…

Pedir deseos a las estrellas, está obsoleto, y escribir un diario… ¿Qué es un diario?

Y llega un día, cuando nos hemos empeñado en ser ADULTOS, realistas, disciplinados, serios y coherentes, cuando nos miramos al espejo y vemos a nuestro verdadero ser. Un niñ@ con arrugas y pelo blanco que nos mira con tristeza y nos pregunta porque lo abandonamos tanto tiempo…Es ahí cuando en algunas ocasiones, no siempre, la naturaleza nos revierte a nuestra esencia, a ese ser indefenso e inocente que vibra con una sonrisa.

Yo no pienso llegar a ese día, para tomar conciencia de que he vivido dejando quién soy en un cajón, por ser quién esperan los demás que sea, por lo que se supone que debe ser un adulto. Me niego. Abandoné en algún momento de mi camino,  a esa niña vivaracha y soñadora, fuerte y cariñosa, risueña y atrevida, pero la quiero tanto, que nunca me despedí realmente de ella.
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Y ahora sé quién soy. Quién seré cada día de mi existencia y quién quiero y me gusta ser. No renunciaré jamás a mi verdadero ser.

¿Y tú?

 

 

 

Categorías: Blog

Sara

Enamorada de la vida y de las pequeñas cosas.

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